En la cabecera del waddis de Al Ayn, sobre relieves aterrazados se sitúan varios pequeños pueblos, dominando el profundo valle excavado en las calizas del Cretácico y en los materiales paleozoicos y pre-Cámbricos infrayacentes. El contacto entre ambos conjuntos geológicos permite la salida de las aguas subterráneas recogidas en la alta meseta calcárea formando surgencias kársticas como la situada en el pueblo de Al Ayn. Entre restos de las antiguas cascadas de toba caliza, se puede observar una charca rodeada de vegetación, por donde nace agua todo el año, aunque en la estación húmeda puede generar un verdadero río que forma la gran cascada situada unos metros más abajo.
La mejor vista de la cascada de Al Ayn se obtiene desde el escarpe de enfrente, en el pueblo de Al Aqur. Una gran acumulación de carbonatos forma una serie de escalones hasta el fondo del valle, correspondiendo a tobas calizas de cascada. Tal cantidad de tobas se ha formado durante las fases húmedas del Cuaternario, en que la actividad del sistema kárstico sería más importante. La existencia de esta gran ruptura del relieve, con cascadas y rápidos favorecería la turbulencia y la consiguiente desgasificación del CO2, precipitando el carbonato alrededor de musgos y otros vegetales (cañas, juncos). Actualmente, sólo esporádicamente crece un sector de la cascada, habiéndose utilizado gran parte de la acumulación tobácea para generar estrechas terrazas de cultivo, en las que predomina el cultivo de granados.
Desde el pueblo de Al Aqur hay una ruta que sigue un sendero de poca dificultad entre campos de cultivo hasta Ash Shirayjah, que permite obtener excelentes vistas del valle y de las tobas calizas. Además merece la pena pasar por los pueblos de Al AYn y Al Shirayjah, que mantienen el tipismo constructivo y sus calles estrechas y de trazado complicado.